INDOLENCIA BOYACENSE
Escribe NOEL ANTONIO PONGUTA BARCALDO, Administrador de Empresas
Mucha emoción experimenté, cuando escuche al Presidente de la Academia Boyacense de Historia, referirse a las potencialidades que tiene Boyacá para alcanzar un mayor
nivel de desarrollo, con motivo del lanzamiento de la publicación sobre la Geografía y la Historia de Boyacá efectuada recientemente. Igual sentimiento me embargó la exposición
del Señor Obispo de Chiquinquirá ante el Señor Presidente Uribe en su Consejo Comunal de Gobierno reunido en Paipa. Este cuadro
realista y optimista de mi Departamento lo completó el enunciado de Proyectos Regionales
y Megaproyectos que el Gobernador de Boyacá propuso a la Asamblea Departamental en el Plan de Desarrollo, aprobado
por ésta.
Pero la indolencia de los boyacenses por esta clase de iniciativas es pasmosa. Parece que
viviéramos en un letargo aterrador y todos cruzáramos los brazos para esperar pacientemente que algún mesías providencial
se conmueva y venga a despertarnos.
El mal de nuestro tiempo es el de dejar que cada vez se amplíe más y más la distancia entre
el decir y el hacer. O como en el argot popular se conoce la expresión de que “del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Somos muy buenos expositores y generadores de ideas pero pésimos realizadores. Dónde estarán quienes tienen esa capacidad
de convertir fácilmente los sueños en realidades. Que los hay los hay, pero también sufren de la indolencia.
Ha llegado el momento de despertar, así, lo demuestra el hecho de que un Historiador se aleje
de la posición tradicional de invitarnos a vivir de nuestras glorias libertarias pasadas y en cambio nos invite a trabajar
para transformar los recursos naturales de Boyacá en recursos económicos que eleven nuestras condiciones de vida.
El dinámico Obispo, la comunidad occidental con eje en Chiquinquirá y el SENA como entidad
responsable de convertir el proyecto de la industrialización y comercialización de nuestras esmeraldas en una realidad, están
llamados a acortar el tiempo entre el decir y el hacer en referencia a esta idea , y a todos los boyacenses nos corresponde
cerrar filas para presionarlos y secundarlos. Así venceremos la indolencia que nos agobia.