1660
JULIO 1 -- El sacerdote Fray Francisco Marques Picaso, se coloca al lado
de los indios de Sogamoso quienes se dirigen al Rey Felipe
IV para elogiar el proceder del doctor Juan Cornejo, nombrado Visitador de Naturales de la
Provincia de Tunja, y por haberlos librado de “un Corregidor tan cruel y
carnicero que los tenía en un completo martirio”.
El texto del documento
enviado al Rey, es el siguiente:
“Muy Poderoso señor:
Nos los infrascritos
cacique, capitanes y principales y demás indios de este pueblo de Sogamoso
de la Real Corona de vuestra Magestad con
la debida humildad y rendimiento que pide nuestro estado
nos presentamos postrados a los pies de vuestra sacra magestad como a nuestro Rey y Señor
natural y quisiéramos hablar con tales
afectos y tal espíritu
que nuestras voces y nuestros desconsuelos moviesen las piadosas entrañas
de vuestra sacra magestad con nosotros los naturales de este Nuevo reino que por nuestro humilde estamos siempre nos vemos desvalidos y al presente no podemos menos que hartarnos con
mucho desconsuelo
el vernos desamparados con la suspensión y deposición
de un ministro tan justo, recto y conciencia tan ajustada y muy temeroso de Dios y sobre todo tan
compasivo y misericordioso para con
nosotros los naturales
como el doctor Don Juan Cornejo, Visitador recibido con tanto aplauso
desde reino y librarnos luego que vino de una esclavitud tan
sin Dios y sin caridad como estábamos en
poder de un Corregidor tan cruel, carnicero,
que nos tenía en un perpetuo martirio”.
“La razón porque estamos tan oprimidos es por el
haber dado los corregimientos el doctor Dionisio
Pérez Manrique,
Presidente de este Nuevo Reino, por interés y no por méritos, al presente sentimos
más y nuestros corazones desatan en
lágrimas de sangre por la suspensión de nuestro visitador
que nos miraba con ojos de piedad y solo su
asistencia nos servía de protector y amparo,
que damos en peor estado que antes, todo
lo cual redunda en deservicios de vuestra
sacra magestad; por la sangre de nuestro Señor Jesucristo
se apiade de nosotros y nos envíe el remedio conveniente que somos de estado humilde y el estar tan distante del Real amparo
de vuestra Sacra Magestad perecemos miserablemente sin recurso alguno.
Asimismo pedimos y suplicamos por la
persona del doctor Juan Cornejo le premie vuestra sacra
magestad por haber sido tan recto juez y
tan desinteresado
y vigilantísimo en el
servicio de vuestra Sacra Magestad en nuestras pobres
y humildes oraciones”.
(Fuente : Anales de Sogamoso,
Alberto Coy Montaña)