Estudiando
En la sala anatómica, desierta,
Desnudo y casto, de belleza rara,
El cuerpo yace de la virgen muerta
Como Venus tendida sobre el ara.
Lánguida apoya la gentil cabeza
Del duro mármol en la plancha lisa,
Entreabiertos los ojos con tristeza,
En los labios cuajaba una sonrisa.
Y desprendida de la sien severa,
Del hombro haciendo torneado lecho,
Viene a cubrir la suelta cabellera
Las ya rígidas combas de su pecho.
Más que muerta, dormida me parece;
Pero hay en ella contracción de frío:
Es que al morir el cuerpo se estremece
Cuando siente el contacto del vacío.
Más yo que he sido de la ciencia
avaro,
Que busco siempre la verdad desnuda,
A estudiar aquel libro me preparo
Interrogando a la materia muda.
Al cadáver me acerco: en la mejilla
Brilla y tiembla una lágrima luciente...
Un cadáver que llora... mi cuchilla
No romperá su corazón doliente.
Del estudio me olvido... y me conmueve
Tanto esa gota silenciosa y yerta,
Que los raudales de mi llanto, en
breve
Se juntan con el llanto de la muerta.
Presentimiento
No he sabido qué vago presentimiento,
Algún sueño tal vez,
Me ha contado que voy a morir antes
Que feliz pueda ser.
En lágrimas no ahogues tus placeres
Si aquello fuera así:
No quiero que tu dicha y tu hermosura
Se agoten de sufrir.
Sólo pido que allá sobre mi tumba
Tu siembres un rosal,
Rosal que con el jugo de mi sangre
Yo quiero alimentar.
Que si acaso en el tiempo de diciembre
A una fiesta has de ir,
Un botón del rosal sobre tu pecho
Se mire relucir.
Y si algún importuno te dijere
¡que bella es esa flor ¡–
contéstale que es triste y que es
hermosa
cual recuerdos de amor.
Y después de la fiesta terminada,
Cuando en silencio ya
Te vayas a entregar a los ensueños
De venturosa paz.
Mira, antes de arrojar la flor marchita
Que tu pecho adornó,
Dale un beso y con esto harás la
dicha
Del que una vez te amó .
En un Album
Yo he visto algún mundo fantástico
extraño,
Tal vez donde ha sido nativa mi alma,
Y a veces me vienen en noches serenas
De aquella existencia de espíritus
y hadas,
Recuerdos fugases,
Recuerdos que pasas.
Y entonces yo siento su alada armonía,
Y siento inefables delicias extrañas;
Venturas y sueños trenzando sus cuerpos
Cual niebla de lumbre, con mágica
danza;
Y entonces cantando,
Suspira mi arpa.
Yo he visto ideales, mujeres sin
nombre
Que son imposibles, que son esperanzas;
Mujeres que forman mi sueño constante,
Mujeres que infunden divina nostalgia,
Brillan como luces,
Como sombras pasan.
Y al verte he sentido del mundo de ensueños
Las notas perdidas, las rítmicas
auras;
Te he visto otras veces en noches
serenas,
De aquella existencia me traes en
tus alas
Recuerdos queridos,
Recuerdos que encantan.
Lola y Dolores
Del Hospital frente a frente
Hay una casa pintada,
Nido de la hermosa Lola;
Niña de rara belleza
Y una peregrina cara.
Como la música alegre
Fresca como flor del alba
Entre blancos cortinajes
Entre floreros y jaulas
Cardando mi vida pasa.
Enferma yace Dolores
Está tísica y se acaba
Quince años apenas cuenta
Y es bella aunque descarnada.
En una luz de otro mundo
Todo su cuerpo se baña
Y flota sobre la vida
Como una neblina vaga.