COLEGIO DE SUGAMUXI
CIEN AÑOS DE GLORIA Y HONOR
BREVES APUNTES SOBRE ALGUNOS RECTORES
Por: JAIME VARGAS IZQUIERDO
La conmemoración centenaria del legendario Colegio de Sugamuxi, ha permitido que
muchas personas auténticas y genuinas, sugamuxistas, quienes profesan vínculos afectivos con el histórico plantel, hayan dedicado
los últimos meses a evocar episodios y personajes de su discurrir institucional y a formular remembranzas de su paso por las
aulas sugamuxistas, en donde recibieron las luces del conocimiento y la formación espiritual que les permitieron consolidarse
como ciudadanos acrisolados de la tierra sogamoseña y colombiana.
Sería prolijo y además inalcanzable tratar de presentar en pocas líneas
todos los nombres y ejecutorias de quienes en las diferentes épocas constitutivas de los cien años de gloria y honor del Colegio
de Sugamuxi, fueron artífices de su grandeza y nombradía; tal propósito es inaccesible dentro del reducido margen de una nota
periodística, pero, de manera somera, queremos ahora realzar los nombres de algunos educadores que en el pasado tuvieron la
responsabilidad de regir los destinos del Alma Mater de la Sogamoseñidad y quienes dejaron la impronta de su saber, de su
diligencia y de su voluntad creadora.
De este cuadro sucinto, (con la advertencia de la imposibilidad de incluir a todos
los rectores, por las razones arriba anotadas), hacen parte, el doctor Santiago Fermín Losada, eminente pedagogo huilense,
insigne escritor, periodista y altísimo exponente de las más acendradas virtudes ciudadanas, que como lo señala la inscripción
del monumento erigido en su memoria, fue “Maestro inolvidable, primer rector y artífice espiritual de este colegio”,
(el de Sugamuxi).
La primera biblioteca del Colegio de Sugamuxi; la instalación de la imprenta en
donde se editaron varios libros, revistas y periódicos entre ellos, “El Sagitario”, vocero institucional del claustro
sugamuxista; la constitución de la Sociedad de Espíritu Público y la formulación de un proyecto educativo de profundo contenido
pedagógico, hacen parte, entre otros aportes de la filosofía losadista, cuyo lema fue “VERITAS LIBERABIT VOS”,
(“La verdad os hará libres”), la cual a lo largo de un siglo ha identificado los principios, valores y postulados
espirituales de este plantel, insignia de la Ciudad del Sol.
Otro rector, (1935 – 1936), que marcó profundas huellas en la historia del
Sugamuxi, fue el doctor Carlos Julio Avella, no sólo por haber sido el primer rector sogamoseño en regentar el plantel, sino
porque en su condición de eximio discípulo de Losada, supo prolongar el espíritu académico y cívico del primer rector y comunicarle
al claustro todo el contingente de su cultura ecuménica y de sus atributos de castizo hombre de letras y de jurista connotado.
Queremos evocar también la figura del rector Luis Alfredo Rueda, nacido en Santander,
quien por los años de 1939 a 1941 fue gestor de la Academia Militar de Sugamuxi que tanta significación y renombre le aportó
a la historia del plantel y cuyos recuerdos permanecen tan vivos en los corazones de los viejos sugamuxistas.
Al doctor Rueda lo sucedió otro pedagogo y consagrado matemático de la más auténtica
estirpe siberiana, el profesor Santos Alberto Pinzón, (1942 – 1943), quien orientó su gestión rectoral al objetivo de
abrir en el Sugamuxi los grados superiores de bachillerato que posibilitaran al plantel conferir el respectivo título a sus
alumnos. En desarrollo de lo anterior el rector Pinzón se trazó el propósito de dotar al Colegio de Sugamuxi de una infraestructura
didáctica que incluía la instalación de laboratorios y gabinetes, así como la adquisición del suficiente material pedagógico
que permitiera optimizar la calidad académica de los futuros bachilleres.
Terminada la gestión del profesor Santos Alberto Pinzón, asume la conducción de
los destinos del Colegio de Sugamuxi, un educador de la tierra, Daniel Medina Díaz, a quien le correspondió materializar la
empresa de graduar la primera promoción de bachilleres sugamuxistas, tras una titánica lucha contra la incredulidad, el escepticismo
y la apatía de la mayoría de los sogamoseños y contra los intereses creados que se movían desde fuera de la ciudad y conspiraban
contra la posibilidad de que Sogamoso y particularmente el Sugamuxi, proclamara sus primeros bachilleres. Finalmente el acariciado
logro se hizo realidad a finales del año de 1944, cuando se diplomó la primera promoción, bajo la rectoría del doctor Daniel
Medina Díaz, quien contó, dicho sea de paso, con la tenaz colaboración y apoyo decidido de su vicerrector, el profesor Felix
María Segura Medina. También bajo la rectoría de Daniel Medina Díaz se construyó un nuevo tramo de la planta física del colegio.
En 1948, es designado como rector del Sugamuxi el doctor Manuel Antonio Abella
Chaparro, ilustre sogamoseño, discípulo de Santiago F. Losada, intelectual de altísimos quilates, literato jurista y periodista,
amen de poseedor de una congénita vocación pedagógica y de unas acrisoladas virtudes cívicas y humanas. El doctor Manuel Abella
Chaparro fue el autor de la letra del himno del Colegio, promotor del monumento al primer rector del Sugamuxi, el doctor Losada,
y ejecutor de innumerables realizaciones encaminadas a enriquecer el prestigio y nombradía del instituto y a fortalecer la
proverbial vinculación del plantel a las mejores causas de la sociedad sogamoseña.
Al retiro del doctor Abella Chaparro de la dirección del Sugamuxi, asumió como
rector en 1952, el renombrado pedagogo, oriundo de Floresta, el doctor Lisandro Medrano Mariño, quien supo mantener y encumbrar
la celebridad y renombre del alma mater de los sogamoseños, así como acrecentarle su bien ganado prestigio de institución
educativa de altísimas calidades académicas y sociales. Precisamente, por iniciativa del propio doctor Medrano se creó durante
su primera gestión rectoral el cuadro o placa de honor del colegio, en donde por más de medio siglo se han venido inscribiendo
los nombres de los alumnos sugamuxistas más destacados por sus atributos académicos, intelectuales, éticos y humanos, así
como por su proyección como exponentes de la cultura, la ciencia, el servicio comunitario y demás valores del espíritu.
Después de un corto receso en su actividad rectoral en 1954, durante el cual ejerció
la dirección del Sugamuxi, en forma transitoria, el abogado Luis Ángel Rodríguez, el doctor Lisandro Medrano retornó en 1955
a la rectoría del claustro sugamuxista, desde la cual le correspondió liderar en dicho año los festejos conmemorativos del
cincuentenario de la fundación del instituto, entre ellos, el recordadísimo Carnaval o Reinado de los Cincuenta Años, cuyas
generosas utilidades se aplicaron a la adquisición de los terrenos en donde años más tarde se levantaron las amplias y funcionales
instalaciones que hoy sirven de sede al glorioso Colegio de Sugamuxi.
En 1958 se exalta a la rectoría del histórico instituto a un antiguo servidor
del colegio, el profesor Felix M. Segura, quien por años fue el insomne adalid de las mejores causas progresistas del Sugamuxi
y la encarnación más prístina del espíritu que desde las épocas de Santiago F. Losada han identificado a nuestra alma mater.
Al señor Segura le correspondió ser dinamizador de las obras de construcción de la nueva sede sugamuxista, empresa ciudadana
que tuvo en Roberto Franco Isaza a su arquitecto e impulsador y en el congresista Jesús Bernal Pinzón a su más entusiasta
patrocinador y cuya inauguración se materializó el 8 de mayo de 1961.
El señor Segura, también, como persona de tan profunda vinculación con el talante
sugamuxista, prosiguió con la línea de logros y conquistas que le permitieron al Colegio seguir ocupando el sitial de respetabilidad
y preeminencia en el concierto de los más importantes centros educativos de la nación colombiana.
En 1976, tras una gravísima crisis económica y una vez protocolizada la nacionalización
del Colegio de Sugamuxi y cumplido el retiro del señor Segura, quien esto escribe aceptó el inconmensurable reto de conducir
los destinos del plantel sugamuxista, tarea cumplida hasta 1995, año de su separación definitiva de su actividad docente y
directiva.
Ahora, con motivo de la conmemoración del centenario del nacimiento del Colegio
de Sugamuxi, quise pergeñar estas líneas complementarias de los valiosísimos testimonios, escritos a varias manos, contentivos
del Libro de Oro del Centenario del Sugamuxi, el cual será lanzado el próximo miércoles 12 de Octubre, dentro de los actos
recordatorios del día histórico en el cual un puñado de varones altruistas encabezados por Monseñor Joselyn Parada Leal, plasmaron
la creación del Alma Mater de la Sogamoseñidad, orgullo infinito para los miles de destacadísimos colombianos que han pasado
por sus aulas y en donde acrisolaron su espíritu y los valores que les permitieron consolidarse como hombres y mujeres ejemplares
y esclarecidos paradigmas de la cultura, la ciencia, las letras y el amor al prójimo.
Al cumplirse el primer centenario de la fundación del Colegio de Sugamuxi,
quienes tuvimos el privilegio de pertenecer a este histórico y legendario claustro, como alumnos, profesores o directivos,
no podemos menos que formular, en esta fecha, los más fervorosos votos porque en el futuro sigan soplando sobre el Sugamuxi
los vientos de gloria y honor, grandeza y majestad que han sido constante en sus cien años de fecunda existencia.